Muerte en las cárceles… ¿sobredosis y suicidios?

Suicidio, drogas y enfermedades es el factor común en las cárceles españolas. El promedio de fallecidos es de tres presos a la semana, debidas a diferentes causas. Donde las sobredosis y suicidios son las más ocurrentes entre todos los motivos, según información oficial.

Así lo denuncia la “Asociación vasca de Profesionales de la Medicina y juristas en Defensa del Derecho a la Salud de las Personas Privadas de Libertad”, Osabideak. La cual considera que este tipo de muertes es posible prevenirlas y así, reducir la tasa de mortalidad. Ya que “no son muertes súbitas o inesperadas de personas aparentemente sanas o sin graves afecciones”.

Asimismo afirman que la cárcel padece de asistencia sanitaria. Los presos están excluidos por este sistema, los enfermos, los que tienen lesiones graves y todos en general, no son atendidos a tiempo, como debe ser. De esta forma fallecen, y rápidamente son olvidados.

Según afirma Osabideak, “la sanidad penitenciaria depende directamente del Ministerio de Interior y no del Sistema Nacional de Salud…son administraciones no sanitarias”. Razón por la cual los presos no son atendidos debidamente. A excepción de Euskadi y Cataluña, en todo el territorio español es este ministerio, el responsable de prestar el servicio sanitario a los presos.

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El gobierno desmiente la afirmación de Osabideak

Por su parte, el Gobierno de España afirma que la media de fallecimientos en las cárceles está por debajo de la media en toda Europa. Que las muertes por razones naturales es la principal razón de los fallecimientos en las cárceles españolas. De hecho, en 2017, hubo 87 fallecimientos debido a ella.

La cardiopatía isquémica causó el 27,5% de estas muertes. Y el 6,9% falleció por derrames cerebrales, otro porcentaje igual murió a causa de insuficiencia cardiaca o muerte súbita. Y otro 6,9% falleció por carcinoma de pulmón. Cabe resaltar que del total de muertes 81 fueron hombres y 6 mujeres.

De igual forma, la doctora integrante de Osabideak Nahia Aia, duda de la información del gobierno. “Tanto en los casos de cardiopatía isquémica, que es la causa más frecuente, como en el resto de fallecimientos denominados ‘naturales’ no disponemos de datos que aclaren si consultaron por otros síntomas y se realizaron todas las pruebas a tiempo. O si se tomaron las medidas preventivas adecuadas”.

Asimismo afirma que la falta de asistencia sanitaria siempre queda encubierta. Además, las estadísticas indican que la tasa de suicidios es cinco veces mayor que un tiempo atrás. Son cifras alarmantes que solo en las cárceles españolas se presentan, según afirma el colectivo, y esta situación no se puede tapar con un dedo.

Las estadísticas hablan

En 2018, fallecieron 210 presos en las cárceles de España. Lo que indica que hubo un aumento de 63 fallecidos más que el año anterior. Del total, el 73,3% murieron en las prisiones y el otro 26,6% restante, fallecieron en centros hospitalarios.

Así mismo se tiene, que de los 154 que fallecieron en prisiones, 61 fue a causa de drogas. Lo que representa el 39,6% de los casos, la causa que más aumentó respecto al 2017, multiplicado 2,17 veces más.

Por otra parte, el 50% de las muertes se debieron a causas naturales y cuatro más por VIH, suma conjunta entre muertos en prisión y centros asistenciales.

También destaca el hecho, de los 33 suicidios ocurridos en 2018, de los cuales 30 fueron en centros penitenciarios, 4 en Badajoz donde se presentó la mayor cifra. Mientras que en 2017 ocurrieron 27 suicidios en total.

Las prisiones donde murió mayor cantidad de presos fueron Puerto I, Puerto III en Cádiz y Sevilla Morón, las cuales cuantificaron 35 fallecimientos.  Para un total en toda Andalucía de 77 muertes en cárceles de las 210 ocurridas en España en 2018. Además de drogas y suicidio hubo también muertes por agresión (1) y accidentes (5).

En cuanto al 2019, todavía no se tienen cifras oficiales, pero las sobredosis y suicidios son la causa principal. En Andalucía se calcula a la fecha, alrededor de 158 muertes, según estimaciones de la Asociación de Derechos Humanos de Andalucía (Apdha). De los cuales 137 murieron en prisiones y 21 en centros sanitarios catalanes.

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La asistencia sanitaria en las cárceles españolas

El colectivo insiste en que la situación que acontece en las cárceles españolas es posible prevenirlas. Además es lo opuesto a lo recomendado por diferentes organizaciones a nivel mundial. Como la Organización de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Europa.

Donde defiende la necesidad de prestar asistencia sanitaria a los ciudadanos, en iguales condiciones, sin discriminación y evitar la falta de asistencia médica. Mientras que en las cárceles, según afirma el colectivo, y “la propia Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria y la Organización Médica Colegial de España” la sanidad en las cárceles, “desasiste, discrimina y vulnera la deontología médica al priorizar intereses regimentales”.

La compleja situación sanitaria en las cárceles, la soportan con datos precisos, tanto la Plataforma de Sanidad Penitenciaria como el Sindicato Profesional de Sanidad Penitenciaria. La situación es que en las cárceles prestan servicio actualmente 296 médicos.

El 33% de estos profesionales son mayores de 60 años y el 55,7% tienen edades comprendidas entre 50 y 60 años. El 11,3% restante lo cubren 24 médicos con edad entre 40 y 50 años y 10 con mensos de 40 años.

Esta cantidad de personal sanitario solo cubre el 70% de las plazas disponibles en las prisiones, pues el otro 30% está vacante. Lo que representa 148 profesionales sanitarios que faltan por cubrir del total requerido.

Cabe destacar que en el período 2008 – 2017 se presentaron 123 bajas, de las cuales todavía están pendientes por cubrir 61 plazas. Según indican la Plataforma de Sanidad Penitenciaria y el Sindicato, que las razones son las precarias condiciones profesionales y laborales, que les ofrecen. Además debido al “perfil pluripatológico de los pacientes” es muy complejo trabajar en las cárceles.

Un alto porcentaje de los presos, alrededor del 40% padecen de enfermedades mentales. Y las mismas condiciones de seguridad y del ambiente cerrado, provoca rechazo inmediato de los pacientes hacia los profesionales.

Razones por las cuales, “…muchos médicos han abandonado su plaza de funcionario y han optado por trabajar como contratados, interinos o titulares en Atención Primaria del Sistema Público de Salud (SPS) o en la Sanidad Privada”.

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