La atleta Marieke Vervoort, solicitó morir dignamente

La atleta parapléjica Marieke Vervoort de 40 años de edad sufría de una enfermedad degenerativa y murió el martes 22 de octubre al someterse a la Eutanasia. Nació en Diest, Bélgica en 1979 y esta terrible enfermedad la mantuvo en una silla de ruedas, donde sufría constantes desmayos y dolores inaguantables.

Sin embargo, practicó el atletismo blokarting  y con su condición alcanzó ser la campeona en los juegos paralímpicos de Londres en 2012. Allí logró una medalla de oro en los 100 m y una de plata en los 200 m. en 2015 participó en el Mundial de Doha, donde logró superar el record en cuatro modalidades.

Un año más tarde en los juegos de Río 2016, logró una de bronce en el 100 m y plata en los 400 m. El final de su grandiosa carrera en el deporte. Sin duda alguna, era una mujer de gran fortaleza ejemplo de amor y pasión por el deporte. Además de ejemplo de lucha por el derecho de las personas de morir dignamente.

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El lamentable diagnóstico de la enfermedad

Marieke Vervoort era una triatleta reconocida y de mucho éxito, en dos oportunidades fue proclamada campeona mundial es su disciplina. Participó en muchas pruebas fuertes como el triatlón de Hawaii, durante varios años hasta el 2008.

Ese mismo año, en 2008 se le diagnóstico la terrible enfermedad. Superó el impacto de la triste noticia y se aferró a su pasión, tomó la decisión de continuar haciendo deporte. Se propuso nuevas metas en su vida dejando de lado la frustración, el sufrimiento, la tristeza y autocompasión. Además de algunos pensamientos oscuros que llegaron a su mente.

Emprendió su nueva vida deportiva en practicar el blokarting, en la modalidad carrovelismo

Este deporte la llevó  ser una nueva persona tal como lo expresó en una oportunidad “Cuando me siento en mi silla de carrera, todo desaparece… así es como he conseguido ganar lo que he ganado”. Y “a pesar de mi enfermedad, he vivido lo que otros solo pueden soñar”.

Sin embargo, la enfermedad la deterioró físicamente cada vez más y los dolores eran más seguidos y fuertes, e imposible aguantarlos. Además, la enfermedad le impedía controlar su propio cuerpo, lo cual no le permitía entrenar. Además, como ella misma describió,  “Los dolores no me dejan dormir más que diez minutos muchas noches. Durante el día, en ocasiones, me desmayo y es mi perro quien me despierta a base de lametazos”

Hasta que finalmente, su condición fue insoportable por el dolor y el sufrimiento. Y así las circunstancias la llevaron a solicitar la eutanasia en 2016. Solo esperaba el momento  preciso para morir con dignidad.

Ya en 2017  Marieke Vervoort declaró, «es muy difícil para mí. Cada vez me deprimo más y más. Nunca había tenido estos sentimientos antes. Lloro muchísimo, ahora incluso mi visión está desapareciendo. Un óptico me vio y me dijo que no había nada que él pudiera hacer, ya que el problema venía de mi cerebro, no de la vista».

Respecto a  su decisión de acabar con su vida manifestó “No estoy asustada. Para mi morir es como dormirse y no volver a despertar nunca. Dormir y no volver a sentir dolor nunca más”. Finalmente el momento llegó el martes 22 de octubre.

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Eutanasia o suicidio asistido

Este es un tema objeto de muchas controversias y en la mayoría de los países todavía es penalizada.  Actualmente, solo en 6 países del mundo y en cinco estados americanos, se permiten la eutanasia o el suicidio asistido. Son dos modalidades diferentes.

En el primer caso, la muerte es asistida por un profesional médico en cualquiera de sus formas. Directa, indirecta, voluntaria o involuntaria.

Mientras que en suicidio asistido, es el propio paciente el que acaba con su vida. Usando un fármaco con prescripción médica donde se indica la cantidad que debe tomar.

En España, El Parlamento de Cataluña propuso una Ley que busca quitar la penalización cuando se practica la eutanasia. Planteó modificar el artículo 143 en su apartado 4 del Código Penal. Con las modificaciones, se librarán de responsabilidad a las personas que asiste en la muerte a una persona que lo ha exigido. En consecuencia, el Congreso admitió tramitar la solicitud.

Mientras que en Holanda, Luxemburgo y Bélgica la eutanasia es legal, siempre que esté ajustada a lo que contemplado en la ley. Asimismo en cinco estados de los Estados Unidos es legal el suicidio asistido.

En Suiza, los pacientes deben hacerlo ellos mismos. Los médicos no pueden suministrar ningún fármaco para ayudar a morir a una persona porque no sería legal. Mientras que en Canadá en 1016 se publicó una nueva legislación, donde permite a médicos y enfermeros asistir la muerte a los enfermos de acuerdo a lo contemplado.

Por otra parte, en Bélgica, lugar de nacimiento de Marieke Vervoort la eutanasia es legal desde el 2002 para personas adultas. En 2014 fue legalizada para los niños. Considerando este hecho, en la legislación se contemplan dos modalidades, la eutanasia para pacientes conscientes y para los inconscientes.

Cuando los pacientes tienen conciencia, debe ser mayor de edad para solicitar la eutanasia o en caso de los niños, debe tener el consentimiento del padre.

Además la solicitud debe hacerse voluntariamente, en forma reiterada e informada. Así también debe existir la seguridad de que el paciente no tiene cura y no va a mejorar bajo ninguna circunstancia.

De igual forma, el médico debe informar al paciente cuales son las opciones. Además, que el médico que ejecutará la eutanasia haya buscado una segunda opinión.

Por otra parte, cuando los pacientes no están en fase terminal, el médico tratante debe solicitar una segunda opinión. Además, el paciente tiene más de un mes para reflexionar sobre su decisión, después que hace la solicitud para recibir la eutanasia.

Cuando se trata de pacientes no consientes, que no estén todavía en fase terminal de la enfermedad, deben ser mayores de edad. O en tal caso, ser declarados con estatus de adultos.

Su estado clínico debe ser definitivamente irreversible por enfermedad o accidente. Además, el médico debe haber consultado una segunda opinión a otro especialista.

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