Para un padre o madre despertarse y descubrir que su bebé no tiene vida, debe ser la experiencia más lamentable y desgarradora.

Tristemente ocurre y se llama el Síndrome de la muerte súbita o fallecimiento repentino en lactantes (SMSL). Es la causa principal de muerte en los bebés de entre un mes y un año alrededor del mundo. De hecho en España 1 de cada 1000 infantes aparentemente sanos muere a causa de este padecimiento.

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Acerca de este padecimiento, España tiene una tasa de mortalidad infantil entre las más bajas de Europa. Desde 2006 ha ido disminuyendo y el año pasado se situó en un 2,6% manteniéndose igual que en el 2016, según el informe que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar de ello, ocurre y, en la mayoría de los casos, de manera inesperada.

¿Qué es el SMSL y por qué ocurre?

Como su nombre indica, el SMSL se trata de la muerte súbita que ocurre de manera inexplicable en infantes menores de un año de edad. Es una enfermedad que realmente da miedo porque puede presentarse sin previo aviso. Generalmente en bebés aparentemente sanos.

También es conocida como “muerte en la cuna” o “muerte blanca” debido a que la mayoría de los casos se produce mientras el lactante duerme.

Los niños que mueren a causa de SMSL no demuestran signos de haber sufrido. La mayoría de los diagnósticos de SMSL ocurren después de que otras posibles causas de muerte se hayan investigado y descartado. Tales como haber revisado la historia médica del infante, negligencia ambiental, y la autopsia.

Esto ayuda a distinguir un verdadero caso de muerte por SIDS de otras muertes que pueden deberse a accidentes, malos tratos y otras infecciones no diagnosticadas. Ahora bien, ¿cuáles son los factores de riesgo de que muera un niño por el Síndrome de Muerte Súbita?

¿Cómo Prevenir?

La mayoría de las muertes por SMSL ocurren entre los 2 y los 4 meses de edad. Esta frecuencia aumenta cuando las temperaturas son más frías.

Además entre otros factores de riesgo también destacan:

  • La exposición al humo de tabaco, ya sea durante el embarazo o después de su nacimiento
  • El exceso de calor por demasiada ropa de cama con que se le abriga. Demasiados recubrimientos pueden aumentar el riesgo de que el bebé se sobrecaliente, recordar que sus cuerpecitos no están bien desarrollados para regular su propia temperatura
  • Malas posturas (boca abajo o de costado) y objetos inadecuados (almohadas, peluches) a la hora de acostarlos
  • Atención médica prenatal deficiente
  • Bebés prematuros o con bajo peso al nacer

Entre los factores de riesgo anteriormente mencionados, dormirlo boca abajo es el primero. Muchos estudios demuestran una mayor incidencia de SMSL entre los lactantes que duermen boca abajo en comparación con los que duermen boca arriba.

Algunas investigaciones han formulado la hipótesis de que dormir boca abajo crea presión sobre la mandíbula del bebé, lo que hace que se estrechen las vías respiratorias y se haga más difícil respirar.

Al parecer dormir boca abajo puede incrementar el riesgo de que el infante “respire” nuevamente el aire de su propia exhalación. Particularmente si duerme sobre un colchón blando o con ropa de cama, muñecos de peluche o una almohada cerca de su cara.

A medida que el bebé respira su propio aire exhalado, el nivel de oxígeno en su cuerpo baja y el dióxido de carbono se acumulan.

Finalmente, la falta de oxígeno contribuye a la muerte por SMSL. No hay nada de malo ponerlo boca abajo para jugar, pero el dormir de espaldas parece ser la posición más segura.

Más medidas

Aunque no todas las muertes infantiles se pueden prevenir, la mayoría sí. Un estudio que se realizó en 2010 sobre cientos de muertes en Carolina del Norte (EE.UU). Mostró que hasta dos tercios pueden haber sido atribuibles a prácticas de sueño poco recomendables como el uso de camas inseguras y el hecho de acostarse con adultos.

Se cree que muchos se deben a la asfixia, cuando la vía aérea del bebé se bloquea o cuando una persona más grande se da vuelta y evita que el pecho del niño se expanda durante la respiración.

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Por eso se recomienda que el bebé duerma solo en una cuna.
Esto no significa que los bebés deban estar en una habitación separada de los padres, sino que no deben descansar en la misma cama. También quedarse dormido inadvertidamente mientras amamanta o lo acurruca es muy peligroso como hacerlo de forma intencionada.